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ACTIU Berbegal y Formas, S.A.
Cómo diseñar y mantener un espacio de trabajo saludable

Cómo diseñar y mantener un espacio de trabajo saludable

ABRIL 2020 | 4 minutos

La situación actual ha puesto de manifiesto la cada vez mayor necesidad de diseñar espacios versátiles y polivalentes, que garanticen la salud y el bienestar de quienes los ocupan, y donde vivir, trabajar y disfrutar de momentos de ocio sea posible. Al igual que la estética y el confort asociados a entornos más domésticos ha inundado los espacios corporativos y de trabajo, ahora son las viviendas las que, con su recién estrenado papel de home offices, deben adoptar nuevas funcionalidades y fomentar condiciones de ergonomía, seguridad e higiene. Humanizados y digitales, los nuevos entornos de trabajo deben, independientemente del lugar donde se desarrollen, combinar diseño, funcionalidad y, sobre todo, salubridad.

Nuevos modelos de trabajo implican necesariamente nuevos espacios de trabajo. Lugares a priori distintos, según se encuentren en las propias oficinas de una empresa, un espacio compartido o el entorno doméstico, pero con un protagonista común: las personas. Los objetivos, las cifras y la productividad siguen importando, pero el factor humano es ahora la prioridad principal.

Flexibilidad, ergonomía y tecnología son los términos que mejor definen estos nuevos espacios, tanto colectivos y diseñados para dar respuesta a una gran variedad de usuarios y necesidades, como domésticos y más privados. Una 'ergonomía' que, mucho más que evitar posturas incorrectas, abarca aspectos como la movilidad postural, las posibilidades de personalización y la adaptación a diferentes actividades. Elegir un mobiliario versátil y personalizado, que mejore la relación con el entorno y potencie el bienestar físico y mental del trabajador, es fundamental, sea cual sea el lugar de trabajo.

Siempre que sea posible, el puesto de trabajo debe contar con el suficiente espacio para permitir el acceso y el libre movimiento en torno a él. Mesas amplias, de colores suaves, superficies mate para evitar reflejos y una baja transmisión térmica en las zonas de contacto; sillas ajustables, con asiento y respaldo de materiales transpirables y reposapiés regulables son los requisitos mínimos para garantizar el confort del usuario. Es también importante que el trabajador pueda interrumpir el tiempo sentado y levantarse, así como retirar los ojos del monitor para descansar la vista. Y es que, y sea cual sea e entorno, el puesto de trabajo debe de adaptarse a las personas y no al contrario.

Contar con un adecuado equipamiento y mobiliario es necesario pero no suficiente. Ahora más que nunca, la correcta conservación y limpieza de las superficies y materiales de cualquier entorno de trabajo resulta clave para preservar la salubridad y aumentar la vida útil de cualquier producto. Cuáles son los productos y métodos de limpieza adecuados a cada material, o con qué frecuencia deben desinfectarse las superficies y ventilarse los espacios, son algunos de los conceptos clave para asegurar la salud de los trabajadores. Para lograrlo, y además de tener en cuenta las indicaciones del fabricante, es necesario que empresas y trabajadores incorporen a su día a día hábitos como la limpieza y desinfección de mesas, sillas, escritorios y estanterías, así como los objetos apoyados sobre ellos. Organizar, clasificar y reciclar documentos es otra de las medidas que ayudan a evitar focos de suciedad e infección. 

Otros aspectos a priori intangibles, como la ventilación, la orientación, la iluminación o el bienestar térmico y acústico, son también fundamentales para lograr entornos de trabajo saludables. Mobiliario con tecnología incorporada, materiales fonoabsorbentes que mitigan el ruido procedente de conversaciones o llamadas telefónicas, vistas al exterior, una correcta filtración y ventilación del aire, una buena iluminación o el uso de colores adecuados según la tarea a realizar son algunos de los aspectos que pueden mejorar el bienestar de los trabajadores, además de potenciar su productividad y creatividad. Utilizar telas y acabados antibacterianos, u optar por mobiliario libre de agentes tóxicos como el formaldehído, aumentan también el confort.

La vuelta a la normalidad post Covid19 va a implicar, sin duda, un cambio de paradigma en los modelos y formas de vida y trabajo, que deberán adaptarse a la nueva situación. Restringir el aforo de salas hasta hace poco ocupadas por multitudes, o mantener la distancia de seguridad, serán aspectos clave para garantizar la salud de todos. No se trata de construir nuevos espacios, sino de adaptar los ya existentes a las nuevas necesidades, a través de soluciones flexibles y versátiles, como mamparas de protección autoportantes o paneles separadores, con los que delimitar zonas de trabajo sin deshumanizar el espacio ni aislar a los usuarios.