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Espacios que Viven: Una Mirada a la Biohabitabilidad

Espacios que Viven: Una Mirada a la Biohabitabilidad

ENERO 2024 | 5 minutos

La vida en los espacios interiores se convierte en el epicentro de la biohabitabilidad, una filosofía en ascenso que, desde el ámbito del interiorismo y la arquitectura, aborda integralmente los aspectos ecológicos, económicos y sociales de los espacios construidos. Además, la biohabitabilidad, será una de las tendencias que estará muy presente en el sector del diseño e interiorismo este 2024.

En el reciente episodio "Una casa para vivir y trabajar a gusto" de Cristina Mitre, una de las voces españolas más destacadas y populares en el ámbito del podcast, en el que han participado Anna Ferrer de CU4 arquitectura y Patri Psicóloga, para debatir las condiciones idóneas de los espacios interiores residenciales y de trabajo. Estas dos profesionales especialistas en el bienestar, una a través de los espacios, y otra, en el bienestar de las personas, han hablado de conceptos como el autocuidado y la biología del hábitat.

La biología del hábitat debe ir más allá de aspectos visuales, y aprovechar los conocimientos que tenemos sobre la ciencia para aplicarlos con el fin de contrarrestar los factores que ponen en riesgo nuestra salud”, explica Anna Ferrer en esta conversación.

¿Qué es la Biohabitabilidad?

 A la pregunta de qué es la biohabitabilidad, afirman que se trata de una filosofía arquitectónica, que no solo se enfoca en lo visual, pues aspira a cuidar la vida en todos sus niveles. Considera aspectos ecológicos, económicos y sociales en la elección de materiales y el diseño de espacios habitables. Este enfoque arquitectónico busca entornos que ofrezcan condiciones apropiadas para la vida de las personas, del planeta y de la economía.

Así, se conjugan conceptos relacionados con la economía circular, la arquitectura sostenible y el bienestar del interior de los edificios, cuestiones que se aplican tanto en filosofías como Second Act, como en el Parque Tecnológico Actiu, que atesora las acreditaciones LEED y WELL.

El estándar WELL ha sido uno de los temas de análisis de “Una casa para vivir y trabajar a gusto”, un espacio radiofónico en el que Anna Ferrer ha insistido en la necesidad de que los espacios de trabajo, ya sean en entornos corporativos o domésticos, cuiden de sus diez principios: aire, luz, agua, movimiento, mente, confort térmico y acústico, alimentación, materiales y comunidad.

Los cinco principios que determinan la Biohabitabilidad 

Los cinco principios de la biohabitabilidad, establecidos por el Instituto Español de Baubiologie (IEB): Clima interior, materiales de construcción y equipamiento, diseño interior arquitectónico, medio ambiente, energía y agua, y hábitat ecosocial. Estos principios se alinean con la economía circular, la arquitectura sostenible y el bienestar en el interior de los edificios.

Anna Ferrer, desde su visión como arquitecta, comenta: “Es esencial que seamos conscientes de que nuestro entorno influye en nuestra salud y en nuestro estado de ánimo. Un ejemplo de ellos es la calidad del aire. Una persona respira al día unos 10.000 litros de aire y es esencial que el aire del interior de los edificios tenga la mayor calidad posible. Hay estudios que apuntan a que el aire de los hogares y de los espacios de trabajo puede estar de 2 a 5 veces más contaminado que el del exterior”, comenta la arquitecta.

Influencia del Entorno en la Salud y el Ánimo

Anna Ferrer destaca la importancia de ser conscientes de cómo el entorno influye en la salud y el estado de ánimo. El aire, por ejemplo, puede estar hasta 5 veces más contaminado en interiores. De hecho, se considera que el 70% de nuestra salud depende de los hábitos y de los factores ambientales, el 20% depende de la genética y el 10% depende del sistema de salud, y la biohabitabilidad busca contrarrestar estos efectos negativos. Es más, el código postal puede ser más determinante que el código genético.

Es esencial que seamos conscientes de que nuestro entorno influye en nuestra salud y en nuestro estado de ánimo. Un ejemplo de ellos es la calidad del aire. Una persona respira al día unos 10.000 litros de aire y es esencial que el aire del interior de los edificios tenga la mayor calidad posible. Hay estudios que apuntan a que el aire de los hogares y de los espacios de trabajo puede estar de 2 a 5 veces más contaminado que el del exterior”, comenta la arquitecta.

Los cinco elementos del diseño más valorados

Según Anna Ferrer, algunos estudios identifican los cinco elementos de diseño que más valoran las personas: luz natural, plantas, confort acústico, vistas al mar y colores vivos. Sin embargo, el 47% de las oficinas no tiene acceso a la luz natural y el 55% carece de plantas.

Una vez se ponen los medios para que las condiciones de trabajo sean óptimas, debemos centrar la atención en herramientas de trabajo como son la silla y la mesa. La silla debe ser muy regulable y con apoyo lumbar mientras que las mesas deben favorecer el movimiento. Y, si pueden permitir trabajar de pie y sentado, todavía mejor. Cuanto más perdurables sean, resultan más sostenibles a largo plazo”, recalca la arquitecta.

Según Patri Psicóloga, incluso cuando el espacio de trabajo se encuentra dentro del hogar, es esencial contar con zonas diferenciadas entre la vida laboral y la personal. Pero, cada persona, necesitará unas condiciones específicas, dependiendo de si se trata de alguien ordenado, minimalista o más caótico. 

Cada uno debe ser consciente del tipo de espacio que estimula su atención. La creatividad es una función cognitiva que requiere que otras funciones cognitivas estén dormidas. Cuando uno está en el espacio apropiado, la red neuronal de la creatividad se conecta y se activa”, recalca la psicóloga.

Con el propósito de mejorar la vida en los espacios de trabajo, Actiu ofrece soluciones de mobiliario que aplican principios de diseño, sostenibilidad y ergonomía. Sillas y mesas diseñadas para favorecer el movimiento, la salud y la sostenibilidad a largo plazo, asegurando el máximo confort durante las horas de trabajo. En este nuevo año, abracemos la biohabitabilidad y transformemos nuestros espacios para un bienestar duradero.